#yoconfieso que quisiera...

El aburrimiento de mi manito gezeta ocasionó que recordara cosas que en algún momento había querido confesar. Estas son algunas de ellas:

#yoconfieso que quisiera...

Haber estado en San Francisco en 1967 y vivido el verano del amor, adornando mi cabello con flores.

Haber tenido 18 años en 1969 y haber estado en el festival de Woodstock.

Haber podido escuchar en vivo a Los Beatles, Janis Joplin, Jim Morrison, entre otros. Y también, ver una actuación de Patti Smith.

Haber sido una hippie que huela rico, aunque eso fuera anormal.

Haber desobedecido a mis padres y haber estudiado lo que en realidad quería estudiar, aunque luego me hubiera arrepentido. Claro, ahora amo mi carrera, pero no es el punto.

Haber tenido el valor de decirle a mis papás me hice poner un tatuaje, justo después de habérmelo hecho. Ellos aún no lo saben.

No haber reprobado solamente una materia en toda mi vida.

Haberle dicho a ese “maestro” cuya materia reprobé, que es un pelele y que si no pasé es por que es un estúpido y porque no quise estudiar lo que “impartía”. (Decir en mitad de un exámen: “Le doy pase directo al que me diga como se llama la galletota de jengibre de shrek” y cumplirlo, no te hace un buen maestro).

No ser desidiosa

Dejar de darle prioridades a las cosas que no merecen tal categoría en mi vida. En verdad hay cosas más importantes que simplemente no considero ni siquiera considerar.

Haberle dicho a esas personas lo que en realidad sentía cuando lo sentía.

No aguantarme cuando me siento mal por el simple hecho de no querer que los demás me vean como una débil.

Haber aprovechado la oportunidad que tuve de mandar a la chingada a alguien que en verdad se lo merecía.

No sonrojarme a cualquier provocación.

Haber pasado más tiempo con mi abuelo materno y no haber descubierto muy tarde todo lo que teníamos en común.

Dejar de ser olvidadiza y recordar cuando la gente me hace daño y como me hace daño para poder reclamarles al tener oportunidad. Casi siempre olvido cuando estoy molesta con alguien, dependiendo del daño ocasionado, claro, pero es mi mente hedonista que borra (casi todo) lo malo que se introduce en ella.

Quisiera dejar de ser tan distraída. Llevar la moto a ponerle gasolina y no llevar la cartera para pagar u olvidar que la llevé a la Universidad y regresarme a casa en taxi, no es normal.

Haberlo besado cuando tuve ganas de hacerlo.

Haber marcado su número cuando sentí ganas de escuchar su voz, aunque solamente haya sido para desearle “buenas noches”.

Haber conocido a ese hombre en el momento emocional oportuno.

Dejar de ser orgullosa.

No ser una depresiva de closet.

No dar en primer paso en determinadas ocasiones.

Dejar de ser una soñadora compulsiva.

No recordar la noche de mi cumpleaños 23.

Por nombrar algo...